sábado, 7 de mayo de 2011

Fotos de la presentación del pasado jueves del poemario "Y la vida" de Sergio S. Taboada.

Aquí están las fotos y el texto de prresentación que le hice a Sergio para el recital del pasado jueves. Buen ambiente y muchos amigos y amigas que además colaboraron en la parte de micro abierto. Además el Cambalache es un lugar íntimo en el que apetece recitar. Esperemos que haya muchas más así. Sergio ha prometido que sí, de mano mañana os colgaré las del evento de ayer en El Entrego. Si es que hasta voy con dos días de retraso de tanto evento como el que hay. Que así siga.



Cuando Sergio habla conmigo, o contigo, da la sensación de que es un buen tipo. Tiene una risa sincera y sonora. Luego, tras hablar con él te das cuenta de que vive la poesía de una forma muy especial. Es una de esas rara avis de culo inquieto que continuamente te está llamando para este o aquel evento. Avilesino al menos de residencia posiblemente nunca llene el Niemeyer de gente, pero si le dejáramos el sólo ante ese rimbombante escenario posiblemente no echaríamos en falta nada más. Ese es Sergio.



Hace un mes, más o menos, intercambiamos nuestras sendas propuestas literarias, las dos apartadas de los consabidos circuitos comerciales, las dos fuera de lo que las grandes editoriales hubieran querido para con sus prestigiosos volúmenes, las dos autoeditadas y trocadas la una por la otra… “¿Y si el mundo fuera así?, ¿Y si pudiera ser así?, ¿Y si pudiera volver a ser así?”. “Y la vida” es un claro ejemplo del desajuste entre calidad y cantidad. No me refiero ya al formato del libro, impecable, que leo y releo con cierta envídia por su resultado formal final, con las estupendas ilustraciones de César Nevado, y con una cuidada edición me consta que artesanal, constatando así, otra vez más, que en esto de la literatura hacen falta más ganas y voluntad que dinero y editores, desde aquí, de mano mi enhorabuena por el proyecto.



“Y la vida” (curioso nombre, por cierto, a ver si nos explicas el porqué del mismo), es un poemario en el que la sonora risa de Sergio está presente en parte para atenuar la rabia con la que a veces escribe y describe escenarios de sobra conocidos por todos y todas, pero no por ello a veces explorados. Es adentrarse por tu callejón-expresión conociendo el principio, sin saber a dónde nos llevarás. Sí, Sergio, sí, comienzas hablando de que el mundo duele en punzadas colectivas, y así es, vistes versos de rabia neonata, porque cada día nuestra rabia vuelve a nacer cuando tomamos conciencia de lo que vemos ,oímos, sentimos… aún así por encima de todo está la sonrisa de Sergio, que dice aquello de “No puedo olvidar que soy afortunado”. Nos revuelves las tripas. Nos haces pensar, eso es mucho más de lo que muchas publicaciones consiguen en sus lectores. Y eso no es poco. Sergio firma el ejemplar que me dedica aludiendo a sus sueños, a los nuestros, a los del imaginario colectivo y sentencia: “Los sueños se cumplen. Aquí están los míos. Y están afilados”. Cierto es, Sergio, cierto es.



Tu poemario, Sergio, en posición de reposo puede parecer un poemario más. Mismo formato, hojas, un curioso título, una curiosa portada, pero al abrirlo, como bien dice su nombre, cobra vida. Una vez contemplado y abierto parece imposible permanecer impasible ante la fuerza y el ritmo que imprimen estas 100 páginas inquietas de conciencia social, y de mucho punk. Punk, sí, porque esa es la actitud, hay una crítica para nada encubierta a todos nosotros y nosotras mismos y mismas, a nuestra infancia, a nuestras papillas, a los propios reyes magos, a Dios, a la escuela, al Estado… ¿No es eso punk?, yo creo que sí lo es, y como todo punk va recubierto de la inteligencia de lo cotidiano que consigue hacernos pensar a quienes vamos más allá, que nos permite tener nuestras propias dudas razonables, o como dice Sergio “Preguntando a cada gota/el porqué siempre caer/el porqué no girar/e inundar la luna”, ¿Porqué no?



Como bien dice nuestro amigo común David Suarez, “Suarón”, tu libro es un buen soplo para seguir navegando contracorriente l@s que vamos en esta patera poética. Hay que ser muy valiente para tirarse a la piscina y sacar 300 ejemplares autogestionados, pero también hay que serlo para improvisar en un escenario, y tú lo haces, o para organizar recitales poéticos sin ningún tipo de ánimo de lucro, o para constituirte junto a Dani en “Plato y pluma”, una de las propuestas más atractivas de hoy en día dentro de la poesía astur, o para mezclar humor, amor, rabia, dudas, rimas, apócrifos, calendarios y recuerdos en un poemario de 100 páginas. Por todo ello creo que te mereces nuestra atención, ya que la de los medios ni la tenemos y posiblemente ni la queremos. Será que somos fálicos/ demasiado fálicos.



Así pues, como tu dices, “hoy coseremos los sietes/ de la tela del progreso/ se desnudará cada belleza/ de artificios innecesarios” y responderemos a eso que te preguntas de “Cómo obrar/cómo/para ser/complementos directos/ de la diferencia que nos una”.



Gracias Sergio, por hacer que los camarotes de esta patera poética sean mucho más acogedores.
















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